El secreto para que tus pacientes vuelvan

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El secreto para que tus pacientes vuelvan
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Hace unos meses, atendí a Pepe, un vecino de la colonia con quien me cruzo seguido en la calle. Llegó a consulta con el clásico resfriado que veo todos los días: tos, fiebre y malestar general que no lo dejaba dormir. Me tomé más tiempo del habitual para explicarle a fondo el tratamiento y asegurarme de que se sintiera bien cuidado.

Salió agradecido y hasta bromeó: “Si no mejoro contigo, ya no hay esperanza”. Yo sentí que todo había salido bien. Pero no volví a saber de él.

Hasta que, semanas después, me lo topé en el café. Le pregunté cómo estaba y, con una sonrisa algo incómoda, me dijo: “La verdad, me cambié de doctor… tú tienes mi contacto y nunca me escribiste para saber cómo estaba”. Me contó que esa noche la pasó fatal, con fiebre alta y sin saber si lo que sentía era normal. Amaneció sintiéndose solo. Según él, asumió que yo lo buscaría —le parecía lo más lógico— pero quien terminó escribiéndole fue un amigo médico. No le cambió el tratamiento, pero ese mensaje le dio calma… y con él siguió.

Me quedé helado. Yo pensaba que con una buena consulta bastaba. Pero ese día entendí algo que me cambió la forma de atender: el seguimiento importa tanto como la atención médica. Y lo más fuerte fue darme cuenta de que para él era obvio... y para mí, no. Aquí te comparto lo que aprendí.


1. Un pequeño gesto que genera confianza

Un mensaje al día siguiente como “¿Cómo amaneciste hoy?” puede parecer mínimo. Pero en la mente del paciente, se traduce como atención personalizada, compromiso y confianza. En Docamí, lo hemos medido: los pacientes que reciben seguimiento tienen 2 veces más probabilidad de regresar.

Buenos días Teresa. ¿Cómo has estado desde la consulta del lunes? El doctor me pidió estar pendiente de tu evolución con el tratamiento. ¿Has notado alguna mejoría?

Es simple, cercano y poderoso. Y además, casi nadie lo hace.


2. La clave está en la emoción

La medicina también es experiencia. Cuando un paciente se siente acompañado más allá del consultorio, lo recuerda. Se genera un vínculo emocional que lo convierte en paciente fiel.

Un doctor nos contó que después de automatizar sus seguimientos, varios pacientes lo empezaron a recomendar diciendo: “es el único doctor que se acuerda de ti. Eso marca la diferencia.

Mi mamá siempre regresa con la misma doctora porque la saluda por WhatsApp una semana después para ver cómo siguió. A mí nadie me había hecho eso.

- Mariana, hija de paciente (2024)


3. Hazlo sin esfuerzo (ni estrés)

Quizá no tienes tiempo de redactar los mensajes. Es comprensible. Pero eso no significa que no puedas dar seguimiento. Hoy en día hay herramientas como ChatGPT que redactan mensajes personalizados por ti para que cada paciente reciba el seguimiento adecuado sin complicarte.

💡 Tip Pro: Tu recepcionista médico virtual de Docamí se encarga de enviar los mensajes automáticamente por ti y hasta resuelve las dudas de tus pacientes respecto a tus indicaciones. Activa el tuyo.


4. No es spam. Es conexión.

Algunos médicos temen que mandar mensajes sea “molestar” al paciente. Pero si el contenido es relevante, los pacientes no solo lo aceptan: lo agradecen.

Un mensaje breve como este puede fortalecer el vínculo sin saturar:

Hola, Jorge. Te recuerdo que es importante revisar tu presión arterial al menos una vez al mes. Si lo necesitas, estoy disponible.


Conclusión: No se trata de recordarles. Se trata de que no te olviden.

No necesitas hacer descuentos, promociones ni forzar nada. Con un mensaje bien enviado, en el momento correcto, tus pacientes no solo volverán: te recomendarán.

Empieza hoy con un gesto. Un “¿cómo sigues?” puede ser el inicio de una consulta más humana, más sólida y, sí: más rentable.

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